Por fin, y tras 101 años de historia, el Swansea galés consiguió su primer gran título. Y lo hizo casi sin despeinarse, ante un Bradford City que hizo el peor partido de todos los que había jugado en la Capital One Cup. Sin embargo, los ingleses ya habían conseguido su particular título, tras plantarse en la final del torneo. Y recordemos que el camino del Bradford City hasta llegar a la citada final no fue nada sencillo. Tuvo que pasar seis eliminatorias y eliminar a grandes equipos como Wigan, Arsenal o Aston Villa. Todo esto no es fácil para un equipo de mitad de tabla de League Two (4ª Categoría). No menos meritoria fue la trayectoria del equipo galés, pues tuvieron que vencer a Liverpool y Chelsea.
El partido de ayer fue el de romper las estadísticas. Y es que el Swansea logró la mayor victoria de la historia en una final de la Copa de la Liga, pero además era la primera vez que un equipo no inglés ganaba dicho torneo. Lo mejor como siempre en las grandes citas del fútbol británico fue el público. Más de 82.000 espectadores se congregaron en Wembley (lugar donde siempre se celebran estos grandes partidos) y todo el público estuvo muy entregado durante el encuentro. De reseñar especialmente, esa parte roja y amarilla que animó a su equipo en todo momento pese a que el resultado estaba totalmente en contra. El 5 a 0 final se puede decir que hizo justicia a lo visto sobre el terreno de juego, donde sólo un equipo hizo ayer por ganar el partido.
El partido se puso muy pronto de cara para el Swansea, cuando a los 16 minutos Dyer marcaba el primero para los galeses y justo antes del descanso, Michu marcaba el segundo. Todo parecía indicar que el trofeo ya tenía dueño, pero algunos aún esperaban una posible reacción del Bradford tras el descanso. Sin embargo, todas esas previsiones se vinieron abajo cuando Dyer marcaba el segundo de su cuenta anotadora nada más volver de los vestuarios. Ahí es donde ya fue definitivo y el partido ya era sólo de los cisnes. De Guzmán por partida doble, se encargaría de poner el definitivo 5-0 en el marcador. Y fue justamente en ese último gol, ya en el minuto 91, donde vendría la polémica del partido. Pero no fue una polémica decisión arbitral ni un enfrentamiento entre dos jugadores rivales, sino la triste pugna de dos jugadores del mismo equipo por ver quién lanzaba un penalty. En muchas ocasiones, a la mayoría se le olvida que este es un deporte colectivo y que los trofeos y premios los gana el equipo. Y cuando alguien no lo recuerda, ocurren hechos como el de ayer. Es muy triste ver como dos jugadores se enfrentan por ver quién marca un gol. Algunos achacan que Dyer quería hacer un hat-trick y que para un inglés hacerlo en Wembley es algo especial. La verdad es que a mi esa excusa no me vale. Si el encargado de lanzar los penaltis es De Guzmán, él es quien debe tirarlo, como así sucedió finalmente. Tras el gol, una leve celebración entre los dos protagonistas pareció zanjar la discusión. En la imagen, Dyer y De Guzmán.
Al final, el Swansea fue el justo vencedor del torneo y el Bradford se quedó con un buen sabor de boca de su campaña en la Copa de la Liga, pero no pudo ampliar sus vitrinas con un trofeo y, de momento, en ellas sólo figuran una FA Cup de 1911.
Por @futdelmundo
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