El que parecía llamado a ser uno de los jóvenes centrales de moda en Europa, ha pasado a un segundo plano a nivel futbolístico. Tampoco podía imaginarse él, llegar a vivir del fútbol cuando nació en Kumasi (Ghana). Ni tampoco sus padres, con los que se mudó a Zaragoza cuando él sólo tenía 14 años, que lo veían dar patadas a un balón con sus amigos en las calles. Pero le apena que haya estado tan cerca de tocar la fama con sus dedos y que ahora se limite a jugar a un nivel alejado del que muchos ojeadores veían en él.
Sus inicios en el San Gregorio (en realidad no era el primer club en el que jugaba, pues lo había hecho en el grande de su país, Asante Kotoko), club con mucha tradición futbolística de la capital maña, apenas duraron unos pocos meses, hasta que sus grandes actuaciones llamaron la atención del club por antonomasia de Zaragoza, el Real. Como ya sabemos, a nada que algún chico despunta en tierras aragonesas, es fichado para la cantera del único club aragonés de Primera División. Y así sucedió en este caso también. Nadie puede rechazar una oferta así y ni Godwin ni sus padres lo dudaron. Su nivel crecía como la espuma y ahora era un gigante inglés de mano de un español el que llamaba a su puerta. Paco Herrera, por entonces coordinador de cantera en el Liverpool, se interesó en él y poco pudieron hacer por retenerlo ante la oferta de un club Champions. De su breve paso por España, se llevó un interesante regalo: le concedieron el pasaporte español, que luego le permitiría ser llamado por la selección sub-19.
Se abría para él una nueva etapa en su vida, muy prometedora. Se hablaba de él en medios periodísticos y algunos ya lo comparaban con grandes centrales europeos de épocas pasadas. Quizás esa excesiva presión sobre un niño de apenas 17 años, junto con los muchos cambios de ciudad de residencia, fueron los causantes de que al final no triunfara tal y como se esperaba. Se estrenaba bien con su nuevo equipo, pues acababa ganando la FA Youth Cup frente al Manchester City. Además, le daban la capitanía del equipo de Reservas del Liverpool, así que nada podía ir mejor. Pero fue en el salto a profesionales donde llegó el declive. Era demasiado joven para el primer equipo, por lo que se decidió cederlo. Empezó allí un largo período de cesiones (hasta de tres años) a equipos ingleses de ligas inferiores a la Premier. A su vuelta a los Reds en 2009, se le dijo que no se contaba con él y se le dió la carta de libertad.
Tras quedar libre, empezaba un momento para buscar nuevo club. Tanto él como su agente, decidieron cambiar de aires y olvidarse de Inglaterra y España, para competir en otra liga europea. Acordaron empezar desde abajo con la idea de que se adaptara a jugar con gente mayor que él y resurgiera de lo que una vez parecía que prometía. Por ello, eligieron el Velje danés de la Segunda División. Sin embargo, la idea tampoco surtió mucho efecto y tras tres temporadas en el club, su proceso de adaptación no ha sido completo y no es titular indiscutible en la zaga del conjunto danés. Precisamente, fue justo antes del parón invernal cuando más estaba jugando y quién sabe si a la vuelta de dicho parón, consigue consolidarse en la alineación del equipo. Esperemos que pueda recuperar su mejor nivel, ese que muchos ojeadores europeos le vieron cuando era más joven, y quién sabe si podamos verlo de vuelta aquí en un club más competitivo que el actual y sonriendo como en la imagen, tras marcar un gol con su club.
Muy buena entrada, siempre es bueno conocer historias de futbolistas menos famosos que los que sacan siempre por televisión.
ResponderEliminarUn saludo
gran trabajo, a este pedazo central le vi cuando apenas tenía 15 años en el Real Zaragoza juvenil y me recordó Álvaro Maior.
ResponderEliminarMuchas gracias, yo también pude verlo en directo varios partidos y me encantó.
EliminarLa lástima es que parece estancado, no acaba de consolidarse